miércoles, 29 de abril de 2009

La Pedagogía de los pájaros




Este video nos muestra una manera distinta de ver las aves, y no sólo eso, sino también una manera distinta de motivar a los “postergados”, a los problemáticos del aula.
Después de leer este cuento que les dejo aquí y ver este fragmento de video me surgen algunas reflexiones
.



La piedra Negra (fragmento)
Marcelo Birmajer

“Cuentos para seguir creciendo Para estudiantes que terminan la educación secundaria”

“La actitud de un buscador siempre debe ser un poco distraída:
no sea cosa que por buscar con demasiada atención una sola cosa
se pierdan muchas otras”

Cierta mañana de enero me hallaba caminando con mi padre por las playas de Miramar. Yo debía tener doce años. Como mi piel nunca se ha llevado bien con el sol, acostumbraba pasear por la playa a horas muy tempranas: siete y media u ocho de la mañana, para poder disfrutar del mar y el cielo a pleno sin convertirme en un piel roja. El mar en las primeras horas del día es un espectáculo distinto las aguas son plateadas, y la espuma es más blanca. El cielo es de un celeste discreto, como si estuviera apareciendo por primavera vez. La brisa marina es fría, pero es un frío hospitalario. Mi padre caminaba silencioso, con las manos entrecruzadas tras la cintura; y yo zigzagueaba entre los restos de las olas y la arena húmeda. De pronto, mi padre se detuvo y vi que su mirada se clavaba en un punto de la arena húmeda. Inclino apenas la espalda y recogió algo del suelo. Me lo mostró.
Era una piedra negra. Una piedra ovalada como un camafeo, reluciente y lisa. Era tan negra que parecía la matriz del color negro, el modelo del que se había partido para luego ir distribuyendo los matices del negro por el resto de los objetos.
Mi padre me mostró la piedra.
- tal vez no haya ninguna piedra como ésta en todo el mundo – dijo-. Esta aquí tirada, y a nadie le interesa. Pero tal vez sea la piedra más negra del mundo, y tal vez no haya ninguna otra piedra igual. En ese caso valdría más que el oro.
Yo extendí la mano para que depositará allí la piedra; pero mi padre, con una agilidad que pocas veces le he visto, llevo el brazo y su mano hacia atrás y lanzo la piedra más allá de las olas, al centro del mar.
Desde entonces, busco la piedra negra. Cuando buscaba los útiles, cuando busco el control remoto, cuando busco una buena historia o cuando busco la verdad, busco la piedra negra. ¿Y qué significa la piedra negra? Lo sabré si alguna vez la encuentro.
Reflexión:
Muchas veces como educadores nuestra relación con los chicos y las chicas nos tiene enfrascados en el contenido, que es importante ya que para eso está la escuela no? Pero también nos acosa entre otras tantas cosas: cómo se comportan en clase; qué charlan, qué no se quedan quietos, qué son a veces demasiado problemáticos y no encontramos la vuelta para ayudarlos.
Pero también vemos que otras tantas veces están tristes, o demasiado alegres, callados o charlatanes.
Los hay brutos por que son más grandes y fuertes, los hay callados y siempre solos, hay llorones y serios, las coquetas, los Power Rangers, hombres Arañas, patito feos y divinas.
Es una verdad de Perogrullo decir que cada chico es un ser distinto a los demás y especial en sí mismo, que a veces tiene problemas que no puede ni tiene capacidad para resolver. Los chicos y las chicas quieren jugar y divertirse, a veces piden ayuda a gritos, simplemente llamando nuestra atención. Y suelen usar la forma que aprendieron en casa: dándonos un dibujo, un beso, un abrazo, y también haciéndonos rabiar. Cada manera busca que los queramos y sobre todo; a pesar de nuestro cansancio, de nuestros problemas, de nuestro sueldo, de no saber qué hacer, piden que les enseñemos a ser buscadores distraídos. Que les enseñemos esa piedra negra por unos instantes y se la arrojemos bien lejos para que ellos siempre la busquen.


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